El 13 de enero se celebra el Día Mundial contra la depresión,
considerada el mal del siglo XXI, la depresión afecta a cerca del 4,4% de la
población mundial y es la principal causa de discapacidad, según la Organización
Mundial de la Salud (OMS).
En Chile hay 844.253 personas mayores de 15 años padece
depresión, según la OMS. Eso Quiere decir el 5% de la población.
En una década, entre 2005 y 2015, el número de personas con
este trastorno aumentó un 18,4% en todo el mundo, según el último informe de la
OMS sobre el tema.
Solo en Brasil, el 5,8% de los habitantes padece la
enfermedad, la tasa más alta en el continente latinoamericano.
Aunque existen varias terapias farmacológicas y tratamientos
psicológicos efectivos para esta enfermedad, en una porción de quienes sufren
depresión -entre 10% y 30%- tienen poco o ningún efecto.
Estrategias de
tratamiento
Aunque la depresión resistente es un poco más difícil de
tratar, existen herramientas. Una de ellas es la prueba farmacogenética, que
realiza un análisis de ADN para ver qué medicamentos son los más adecuados para
cada persona y a cuáles tendrán intolerancia.
"Esta prueba aumenta la probabilidad de acertar con el
medicamento, nos da una orientación para ajustar la dosis", explica el
psiquiatra Wagner Gattaz, coordinador del Laboratorio de Neurociencias del
Instituto de Psiquiatría (IPq) de la Universidad de Sao Paulo (USP).
Existen terapias somáticas, que deben asociarse con terapias
farmacológicas. Una de ellas es la estimulación magnética transcraneal (EMT),
una técnica no invasiva que estimula el cerebro con ondas magnéticas mediante
la modulación de neurotransmisores.
Otra opción es la terapia electroconvulsiva (TEC), que, a
través de una corriente eléctrica baja, induce convulsiones y, por lo tanto,
provoca cambios químicos en el cerebro.
"Este método provoca la despolarización de la membrana
neuronal, abriendo canales de comunicación entre las neuronas", comenta
Silva, de ABP.
El problema, no obstante, es que esta terapia es vista a veces
como una forma de castigo.
"Sin embargo, es segura y su éxito terapéutico ha sido
destacado por varios estudios", agrega Silva.
En la TEC, la aplicación se realiza con el paciente
anestesiado. Se llevan a cabo de 9 a 12 sesiones, dos o tres veces por semana.
"Algunas personas muestran signos de mejoría en la
primera sesión, pero para que el efecto sea completo, se debe realizar todo el
tratamiento", dice el médico.
Hay que destacar que tanto la EMT como la TEC no están
indicadas en todos los casos, y solo el psiquiatra puede evaluar la necesidad
individualmente.
Otra terapia posible es el uso de un aerosol nasal de
ketamina, una sustancia derivada de la ketamina anestésica.
"Tiene acción ultra rápida y buena tolerancia",
dice Gattaz. Para hacernos una idea, mientras que las píldoras tardan entre dos
y tres semanas en funcionar, este medicamento es efectivo dentro de las 24
horas posteriores a la primera aplicación.
Su mecanismo de acción es diferente de los antidepresivos
tradicionales.
Si bien los antidepresivos tradicionales aumentan los
neurotransmisores relacionados con el placer, el aerosol actúa sobre el
glutamato, una molécula de red neuronal, al estimular áreas del cerebro que están
vinculadas a las emociones.
En Estados Unidos, este medicamento fue aprobado en marzo de
este año por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), el organismo
regulador y regulador de alimentos y medicamentos. Allí solo se administra bajo
supervisión médica.
Con informaciones de BBC Mundo.